Hay la obligación moral de retribuir con algo que nazca de mi alma, de mi corazón agradecido.
Hay la obligación moral de retribuir con algo que nazca de mi alma, de mi corazón agradecido.
Aceptemos nuestra condición de creaturas, de seres humanos que dependemos totalmente de Dios para ser y existir.
Necesitamos mensajeros de una vida nueva, de un reino de amor y de fraternidad, de alegría y optimismo, de un reino de justicia y solidaridad.
Un niño siempre mantiene el asombro a flor de piel, y por eso descubre la belleza en las cosas sencillas...