Todo lo hizo, desde el “big bang”, la primera explosión de la nada que dio origen a todo, pensando en ti.
Es propio de dictadores, inclusive cantantes de moda, gente del espectáculo, pintores, deportistas, políticos, que se creen que por sus cualidades son más que otros.
Es una mirada que no ofende, que no atemoriza, que no humilla, que no causa vergüenza.
Hemos descubierto que estamos en el mismo barco, viajando todos juntos hacia la eternidad...
La vacuna para erradicar estas dos pandemias son la humildad, reconocer que Dios es único y es el que tiene todo el poder y la gloria.
Cuando una sociedad se esmera en superarse a sí misma, y se pone cánones de excelencia en todo el pueblo creerá más en sí mismo y será mejor en todo.
Hay la obligación moral de retribuir con algo que nazca de mi alma, de mi corazón agradecido.
Aceptemos nuestra condición de creaturas, de seres humanos que dependemos totalmente de Dios para ser y existir.
Necesitamos mensajeros de una vida nueva, de un reino de amor y de fraternidad, de alegría y optimismo, de un reino de justicia y solidaridad.
Un niño siempre mantiene el asombro a flor de piel, y por eso descubre la belleza en las cosas sencillas...